18 mar 2014

Dear future mon



«El 9 de febrero recibimos este e-mail de una futura madre. "Estoy esperando un niño. He descubierto que tiene síndrome de Down. Estoy asustada. ¿Qué tipo de vida llevará mi hijo?" Hoy le respondemos así», arranca este vídeo.

Y entonces contestan sus protagonistas en distintos idiomas: «Querida futura mamá: No temas. Tu niño podrá hacer muchas cosas. Podrá abrazarte. Podrá correr hacia ti. Podrá hablar y decirte que te quiere. Podrá ir al colegio, como todos. Podrá aprender a escribir, y podrá escribirte que te quiere si algún día está lejos. ¡Porque también podrá viajar! Podrá ayudar a su padre a montar la bicicleta. Podrá trabajar y ganar su dinero. Y con ese dinero podrá invitarte a cenar. O alquilar un apartamento e irse a vivir solo. Algunas veces será difícil. Muy difícil. Casi imposible. Pero ¿no es así para todas las madres? Querida futura mamá: Tu hijo puede ser feliz. Como lo soy yo. Y tú también serás feliz. ¿Verdad, mamá?»

«Las personas con síndrome de Down pueden vivir una vida feliz. Juntos podemos hacerlo posible», concluye este bello promocional del Día Mundial del Síndrome de Down. 

17 mar 2014

C.S. Lewis



C.S. Lewis: Una conversión con forma de obra de teatro

Los planteamientos cientifistas por los que el escritor accedió al cristianismo

C. S. Lewis es uno de los escritores del siglo XX que con más ingenio transmitió la existencia de Dios a las personas ateas. No la existencia de un dios en general, sino de este-Dios-en-concreto, a quien conocemos porque quiso revelarse a su pueblo.

El escritor británico se convirtió al cristianismo, pero no llegó a incorporarse a la Iglesia de Roma. Tras acoger la fe cristiana, se incorporó a la Iglesia de Inglaterra.

No quería dar consejos a los cristianos sobre cuál de las confesiones cristianas era la más acertada. De hecho, las citaba siempre en orden alfabético. “Esas aguas son demasiado profundas para mí, necesito más ser ayudado que ayudar”, dijo en una intervención radiofónica.

Lewis se convirtió desde planteamientos cientificistas. La exposición que hace el prolífico escritor del cientifismo toma la forma de una obra teatral:

En el primer acto, por cierto, bastante austero, no hay nada, el vacío.

En el segundo, por una larga cadena de casualidades de la materia en movimiento, surge un fermento diminuto de la vida. Después, también por casualidad,la vida se hace más compleja, hay vegetales, animales vertebrados.

En el tercero, un ser encorvado, no muy atractivo, tiembla, está lleno de miedo y soledad y es poco prometedor.

En el cuarto, ese ser se ha erguido y puede utilizar las manos, coge objetos y descubre la propiedad y el hurto, ha salido de las cavernas y ha aprendido a dominar la naturaleza. Inventa el control de la natalidad, el psicoanálisis y el comunismo (sic.) con el fin de conservar aquellos privilegios del azar y de distraer la tristeza y el miedo.

Bien, en este punto dejamos la parábola pues es suficiente para continuar (Lewis sigue hasta un nuevo repliegue de la materia).

Nuestro autor se pregunta ¿por qué me piden que base mis creencias en la razón, si esta no tiene un fundamento en una razón mayor que la mía (habla de Razón Universal), sino que su base es la casualidad, el azar?

Constata rápidamente la contradicción racionalista: me piden que acepte lo que me dice la razón y que la rechace al mismo tiempo, por ser su testimonio una casualidad. Si el universo entero no tiene sentido y no hay una Inteligencia previa, no puedo haber llegado nunca hasta aquí en mi razonamiento porque yo formo parte del universo y, por tanto, mi razón no tiene sentido.
 
2. C.S. Lewis o cómo un escritor debe su estilo al contenido que trata

“Si escribo sobre el cielo, cada frase ha de tener aroma a Cielo”, escribió el autor de Crónicas de Narnia
 
C.S. Lewis, el autor de Crónicas de Narnia, aceptó la fe cristiana sólo por asentimiento intelectual en un momento inicial, pero después experimentó un cambio más profundo y emprendió una intensa tarea de transmitir el Evangelio, intentando llegar al mayor número posible de personas.

Cambió su estilo de escritura mediante el uso de un lenguaje más asequible para la mayoría. Pero según explicaba, tenía un cierto límite, pues cada estilo siempre lleva un determinado contenido. Forma y fondo son inseparables. “Si escribo sobre el Cielo, cada frase ha de tener aroma a Cielo”.

Un buen ejemplo de las construcciones del escritor británico es la argumentación sobre la existencia de Dios y la esperanza del Cielo. Si nos planteamos que Dios existe y podemos ir al Cielo, es porque realmente existe y tenemos esa posibilidad, si no fuera así, no tendría sentido siquiera su planteamiento.

Dicho de otra forma: si hay un debate entre ateos y cristianos sobre la existencia de Dios, es porque Dios existe, si no, ni habría ateos, ni cristianos … y mucho menos objeto del debate.

Este argumento se recoge en diversas obras del escritor con pequeñas variaciones. En la recopilación de intervenciones radiofónicas de Lewis en la BBC que se publicó con el título Mero cristianismo (1942-1944), indica que si “un bebé tiene hambre es porque existe la comida. Un patito quiere nadar, existe una cosa que es el agua. Si yo descubro en mí un deseo que ninguna experiencia de este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que yo no pertenezca a este mundo.”

Después de acoger la fe cristiana, algunos biógrafos del escritor británico explican que todo le pasó a ir muy bien, que escribía sin esfuerzo, que todas las cosas le eran … propicias. Sin embargo, el autor no expresa lo mismo.

En su relato autobiográfico Una pena en observación,  llevada al cine por Richard Attemborough y estrenada en España como Tierras de Penumbra(Shadowlands, 1993), relata el dolor que padeció debido a una larga enfermedad de su esposa, Joy Davidman, una poetisa estadounidense. A partir del fallecimiento de su mujer, la salud de Lewis fue mermando de forma intensa y progresiva, hasta su muerte.

En la persona del escritor destaca, además del celo por la transmisión del Evangelio, un carácter misericordioso con la persona con quien discrepaba. En los trabajos literarios y debates públicos Lewis no era beligerante, sino compasivo y paciente.
 
Decía, con una de sus personales metáforas, “cuando hayas llegado a tu propia habitación, sé bondadoso con los que han escogido puertas diferentes y con los que todavía están en el vestíbulo. Si están en un error, necesitan en mayor grado tus oraciones; y si son tus enemigos, entonces se te ha ordenado rezar por ellos. Es una de las reglas comunes a toda la casa”. Resulta claro que, de esa casa, C.S. Lewis fue un buen huésped.

3. La parábola del niño que conocía el mundo sólo a través de dibujos

El cuento con el que C.S. Lewis explica la dificultad del hombre para conocer a Dios

Es difícil que Lewis retrocediera en su obra para reescribirla después del cambio que supuso en su vida su conversión al cristianismo. Esto lo hizo con una parábola destinada a explicar las dificultades que tenemos los hombres para conocer las verdades de Dios. La explicaba de la siguiente forma:

Una mujer, embarazada, es puesta en prisión. La mujer da a luz durante su pena. El niño va creciendo. En la celda no hay más que una pequeña ventana, pero está muy elevada para el niño.

La mujer había sido una artista y le han permitido tener una caja de lápices y un cuaderno. La mujer va dibujando las cosas que ve por la ventana, para mostrarlas al pequeño.

Cuando el niño sale al mundo exterior, tiene una gran sorpresa: las figuras no tienen un contorno dibujado, las montañas no siguen las reglas de perspectiva del dibujo, sino que tienen otra dimensión, la profundidad, y el agua de los lagos no es el blanco del papel, sino que se siente deslumbrado por el brillo de la luz del sol reflejado en su superficie.

Para conocer las verdades de Dios, los seres humanos tenemos dificultades y carencias análogas a las del pequeño que sale de la prisión. Conocemos la Revelación, lo que Dios ha creado, sus obras, pero carecemos del contacto directo con las verdades divinas y de la visión de Dios.

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