En el cross de la localidad navarra de
Burlada, sucedió un hecho el pasado domingo 2 de diciembre que nos ayuda a
seguir creyendo en los valores del deporte.
El atleta keniano, Abel Mutai, medalla de
oro de los 3.000 obstáculos hace cuatro meses en Londres, estaba a punto de
ganar la prueba cuando, al entrar en una pista donde estaba la meta se creyó
que ya había llegado , aflojó totalmente el paso y, relajado, comenzó a saludar
al público creyendo vencedor. Lo que le venía detrás, Iván Fernández Anaya, al
ver que se equivocaba y se paraba una decena de metros antes de la pancarta, no
quiso aprovechar la ocasión para acelerar y ganar. Se quedó a su espalda, y
gesticulando para que la entendiera y casi empujándolo, llevó al keniano hasta
la meta, dejándolo pasar por delante.
Iván Fernández Anaya, un corredor vitoriano
de 24 años que está considerado un atleta con mucho futuro (campeón de España
de 5.000 metros en categoría promesas hace dos años) afirmó al terminar la
prueba: "Aunque me hubieran dicho que ganando tenía plaza en la selección
española para el Europeo, no me habría aprovechado. Creo que es mejor lo que he
hecho que si hubiera ganado. Y esto es muy importante, porque hoy en día, tal
como están las cosas en todos los ambientes , en el fútbol, en la sociedad, en
la política, donde parece que todo vale, un gesto de honradez va muy bien
".
No hay comentarios:
Publicar un comentario