En las navidades, Luz Adriana Neira no solía recibir
regalos. Estrenar un juguete era un sueño para ella.
Esta mujer, nacida en Armenia, Colombia, tiene los mejores
recuerdos de su niñez, porque siempre estuvo rodeada del amor de su familia.
Hoy, en su trabajo, ella transmite ese cariño a miles de niños y niñas.
Luz Adriana quiso estudiar fuera del país y así lo hizo.
Viajó a Europa con muchos sueños, poco efectivo hablando español y con el
idioma universal de la risa. Se matriculó en la Escuela de Movimiento teatral
Mimenschule ILG en Zürich Suiza y solo después de un año, y luego de hablar
mejor el idioma, se dió cuenta de que estudiaba en una universidad de payasos.
Entonces, entendió que en la vida nada es coincidencia y que el universo se
había puesto en orden.
Ella es una payasa transformadora: cambia los momentos de la
gente en alegría. No tiene espectadores sentados en un teatro, tiene pacientes.
Llega a los hospitales y clínicas sin avisar y siempre es bien recibida. Su
energía contagia de alegría a todos los pacientes con los que se cruza. La
sonrisa de un niño convaleciente es su mejor salario. Su trabajo, aunque no lo
parezca, es una tarea de precisión, pues depende no sólo de un buen y oportuno
chiste, sino también de tacto; debe dosificar su energía ya que cada paso
cuenta. Levantar el ánimo de los pacientes contribuye a mejorar su salud emocional
y con ello, a aliviar su estado de salud. La “Terapia de la Risa”, como ella le
llama, disminuye las náuseas y los dolores de los pacientes con cáncer, quienes
reciben con mayor disposición los tratamientos al sentirse más contentos.
Luz Adriana Neira, de 43 años, es la creadora de la
Fundación Doctora Clown en Colombia. Ella y sus payasos –a su lado trabajan
unos 28 clowns– hacen esta terapia a pacientes en los diferentes hospitales y
clínicas del país. Su actividad es más que un trabajo. La nariz de payaso es,
para ella, una herramienta personal de cambio, para sí misma y para los demás,
un objeto mágico que la convierte en un súperheroe. Su clown se llama ‘Glugly’,
que viene de la palabra en alemán Glücklich mal dicha, que quiere decir “felicidad”.
El personaje que interpreta es una duende; su atuendo de colores azul claro y
fucsia, acompañados de su inseparable bata blanca decorada, le permiten
encarnar a una doctora clown tierna, irreverente, imprudente, inteligente y sin
prejuicios. ‘Glugly’ es el resultado de un proceso que Luz Adriana ha
desarrollado durante quince años y, por medio del cual, consiguió darle a los
otros lo que se siente por dentro. Cuando ella se viste de ‘Glugly’ es como si
cogiera el mundo a dos manos, jugara e hiciera malabares con él.
Diego Santacruz
Reportero gráfico de ELTIEMPO
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