A los 22 denunciados por la Xunta por impedir el derribo de
una casa se sumaron otras 26 autoinculpaciones, entre ellas la del párroco.
El municipio lucense de Becerreá ha hecho de la solidaridad
su bandera y la está materializando en forma de imputaciones. La Axencia de
Protección da Legalidade Urbanística (APLU) denunció a 22 vecinos por impedir
el derribo de una vivienda sin licencia en Lamas, lo que derivó en la
imputación de todos ellos por un delito «sen determinar». La respuesta del
pueblo no se ha hecho esperar. El viernes presentaron 24 escritos de
autoinculpación otros tantos vecinos pidiendo ser citados a declarar como
imputados y el fin de semana recibieron las notificaciones citándolos para
ayer. Entre ellos están el teniente de alcalde, el socialista Claudio Vázquez,
y el portavoz del BNG, Ovidio Montaña.
El lunes, otras dos personas presentaban sendas
autoinculpaciones, entre ellos, el párroco, Ángel Castro, de 73 años, que aún
no ha sido llamado a declarar. Se espera que en los próximos días se presenten
más escritos en el juzgado y, teniendo en cuenta que el municipio ronda los
3.000 habitantes, da buena muestra de la unión del pueblo para ayudar a un
paisano.
Los imputados y autoinculpados explican que fueron más de
cien personas las que participaron en las concentraciones de apoyo a José Luis
Díaz, dueño de la casa afectada, que se puede legalizar con el PXOM y que nadie
de la Xunta les mostró la orden judicial para tirar la casa.
Un sacerdote «heroico»
El cura incluso dejó que los vecinos dispusiesen de la
iglesia para tocar las campanas en señal de alerta en caso de que llegasen las
máquinas o las fuerzas del orden: «Esta é a casa de todos, sempre que non sexa
para algo malo está á súa disposición». La actitud del sacerdote lo ha
convertido en una especie de «héroe». El párroco agradece el cariño del pueblo,
pero resta importancia a su acción: «Autoinculpeime porque é xusto que me
solidarice co pobo. Non quero facer alarde nin pecar de soberbia, pero sería
covarde non presentar o escrito». Dice que apoyó a al afectado «para defender a
casa dun veciño, independentemente de que sexa ilegal, iso non me compete a min
determinalo [...]. Nos días que estiven alí non creo que se cometese ningún
delito, non puxemos oposición a ninguén». Al preguntarle si teme que le
imputen, responde: «Non entendo de leis, pero, ¿medo? Non. ¿Que me pode pasar?
¿Unha sanción? Se iso serve para facer algo por un veciño, bendito sexa Deus».
Visto en La Voz de Galicia
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